Clarity Breathwork

Método de respiración abierta y continua. Es una forma simple de conectar la inhalación con la exhalación, en un ritmo circular de respiración, llena y profunda.

Puede describirse como, «el aprendizaje de respirar en la forma en que queremos respirar, de vivir como queremos vivir«.

Es simplemente esto: «la forma más completa y natural de dejar partir creencias antiguas del subconsciente y de integrar seguridad, confianza y placer en tu cuerpo y mente»

Beneficios mas relevantes de esta terapia:
  • Reduce el estrés y aumenta la energía vital.
  • Produce sensación permanente de energía y bienestar
  • Libera de raíz patrones y pensamientos limitantes.
  • Mejora las relaciones amorosas y familiares.
  • Supera el deseo inconsciente de morir.
  • Permite superar la depresión.
  • Mejora la autoestima
  • Elimina el síndrome de desaprobación paterna
  • Ayuda a liberarnos de sentimientos de miedo, tristeza, culpabilidad y dolor, fracaso o enfermedades
  • Aumento de las capacidades mentales y mayor intuición.

Clarity Breathwork trae una profunda relajación: reenfoca y renueva la mente y el cuerpo. Es fácil de aprender, sumamente agradable y sus resultados son permanentes.

La mayoría de nosotros tomamos la primera respiración cuando nos cortaron el cordón umbilical. La primera vez que lo hicimos, estábamos demasiado ocupados en sobrevivir para aprender como respirar de la manera que queríamos. Quizás la memoria de esta experiencia nos impide respirar total y profundamente, vivir plena y confiadamente.

Cuando te tumbas para respirar, estás haciendo la forma de meditación más sencilla y completa. No se añade nada a tus funciones básicas de vida y no se te quita nada. Seguir un ritmo de respiración relajado y conectado es el camino fundamental de decir si a la vida misma.

El ambiente del Breathwork es seguro; cualquier resistencia es inapropiada y representa comportamientos compulsivos basados en miedos a la supervivencia en el pasado.

A medida que el Breathwork se desdobla, nos damos cuenta de nuestra forma de ver desenfocada. Todo y nada de lo que ocurra (aparte de placer y bienestar) durante el proceso, es un aspecto de la estrategia de supervivencia falsa que hemos aprendido.

El proceso de Breathwork y las técnicas generales son suficientes e infalibles. Cada vez que puedas respirar libremente en presencia de una emoción negativa, ya no te sentirás hipnotizado o controlado por tus patrones. Las lentes desenfocadas de tus creencias en una supervivencia falsa no nublarán tu conciencia nunca más. Gradual, permanentemente, con cada experiencia de Breathwork, tu conciencia se aclara al pensar cómo han de ser tus pensamientos, para enfocarse en cómo son.

Video de Dana De Long

¿Cómo es una sesión?

El proceso Breathwork ayuda a disolver las tensiones pasadas que usted ha almacenado en un nivel celular, lo que hace posible experimentar más energía y vitalidad. Al final de la sesión, hay tiempo para compartir su experiencia, integrar y entender el proceso en un nivel más profundo.

¿Cómo comenzar?

En el primer nivel de este trabajo se sugiere una serie de sesiones privadas. Se recomienda una serie de 8 para resolver en profundidad y un mínimo de 4 si es algo muy puntual y visible a tratar.

La frecuencia de las sesiones suele ser una vez por semana o cada dos semanas.



Respirar

Si hay algo que puedas hacer respirando, alcanzarás la fuente de la vida. Si hay algo que puedas hacer respirando, puedes trascender el tiempo y el espacio. Sí hay algo que puedas hacer respirando, estarás en el mundo y también más allá de él. Si hay algo que puedas hacer respirando, regresarás al presente súbitamente.   (  «Osho»  )

Respirar es, aparentemente, uno de los procesos más sencillos y espontáneos que realiza nuestro cuerpo. Aspiramos y espiramos sin pensar en ello ni intentar ejercer ninguna clase de control sobre un proceso que no parece entrañar ninguna dificultad para nadie. Sin embargo, si fuese realmente tan elemental probablemente no existirían infinidad de enfermedades y disfunciones que aquejan a las sociedades de nuestro tiempo.

Desde los primeros instantes de nuestro nacimiento hasta el último aliento en el momento de la muerte la respiración nos acompaña siempre como un proceso automático, algo que el cuerpo sabe hacer para asegurar nuestra supervivencia básica. Esta respiración automática permite sobrevivir, pero cuando las tensiones y el estrés la limitan, se vuelve automáticamente restringida y distorsionada.

Afortunadamente, la moderna investigación científica y médica apoya la creencia de que una respiración adecuada es la piedra angular del bienestar. La respiración afecta a los sistemas respiratorio, cardiovascular, neurológico, gastrointestinal, muscular y psíquico, y también tiene un efecto importante sobre el sueño. En la actualidad la mayoría de la gente no es consciente de que respira mal y ha olvidado cómo se respira plena y totalmente, con la energía y vitalidad del recién nacido, pero, al concienciarse y recobrar la plenitud de la respiración, se dan cuenta de que también han recuperado muchas otras dimensiones de la vida.


Respiración esencial

Casi todos recordamos la exuberancia de nuestra propia infancia, cuando espirábamos con el vientre blando y relajado, gracias a lo cual teníamos un suministro de energía prácticamente ilimitado. Luego comenzamos a aprender y desarrollar pautas respiratorias deficientes.

Ahora, de adultos, buscamos modos de volver a despertar esta experiencia de vivacidad, a menudo inclinándonos hacia estimulantes artificiales como la cafeína, el azúcar, la nicotina, el alcohol, o costosas megadosis de vitaminas y hierbas. Luego, la agitación que resulta de los estimulantes artificiales nos lleva a recurrir a tranquilizantes y pastillas para dormir a fin de calmar nuestro creciente malestar, y así se inicia un círculo vicioso de altibajos o subsistimos en la excitación de un momento efímero tras otro utilizando el sexo o la obsesión con el trabajo y las posesiones materiales para estimularnos de manera momentánea.

Tenemos la ligera sospecha de que podríamos sentirnos mejor, con más energía, más serenos, y de que en nuestras vidas falta algo, algo no muy definido. Curiosamente, la respuesta para recuperar esta vitalidad dinámica está intrínsecamente dentro de nosotros, en la respiración incondicionada que teníamos de niños.

La respiración es el recurso de más fácil acceso que tenemos para generar y mantener la energía vital. El aprovechamiento de este recurso implica un proceso, de liberación del potente elixir de lo que llamamos la respiración «esencial», que es la que teníamos de niños. La mayoría de nosotros ha perdido la conexión con esta respiración y, por consiguiente, ha perdido la conexión con su modo natural de ser y con su fuente natural de energía. Abrir las puertas a esta fuerza vital implica redescubrir la naturaleza virgen de la respiración.

Respirar es una de las cosas más simples del mundo. Aspiramos y espiramos. Cuando respiramos con verdadera libertad, ni controlamos ni contenemos la respiración. No se requiere ningún esfuerzo para aspirar o para espirar. Debido a la simplicidad de la respiración se pensaría que es lo más fácil de hacer en el mundo. Sin embargo, si fuese verdaderamente tan fácil habría poca gente desdichada o con mala salud en el mundo. Para poder respirar libremente hay que vivir la vida sin tratar de controlar, aferrar o expulsar. Pero ¿es fácil hacer esto? El proceso de la respiración es la metáfora más exacta que tenemos para el modo en que enfocamos la existencia, en que vivimos la vida y en que reaccionamos ante los cambios inevitables que ésta nos trae.

Percibir la respiración esencial y llegar a ser consciente de su estado natural es muy diferente a controlar o manipular la respiración mediante técnicas rápidas y ejercicios. Al principio puede resultar difícil entender esta cuestión aparentemente sutil, pero se trata de una distinción crucial. La respiración es uno de los muchos procesos inconscientes que tienen lugar en el cuerpo que pueden controlarse voluntariamente. Sin embargo, la recuperación de la flexibilidad extraordinaria que es el distintivo de la respiración libre no puede lograrse por obligación o actuando solo.

La respiración nos acompaña desde el nacimiento, pero cuando crecemos comenzamos a alterar e interferir inconscientemente su libre expresión. No es necesario crear otra respiración. En cambio, deberíamos centrar nuestros esfuerzos en revelar esa respiración latente.

Esta respiración esencial siempre está disponible para apoyar todo lo que hagamos, ya sea correr un maratón o administrar un negocio. La respiración integrada puede ser la piedra angular para todos los demás procesos y pautas del movimiento humano, que nos permite participar en el mundo con seguridad.

A través del tiempo el proceso de la respiración siempre fue considerado inseparable de la salud, la conciencia y el espíritu; sólo recientemente hemos reducido  la respiración a un mero intercambio de dióxido de carbono y oxígeno. En griego psyche pneuma significa aliento/alma/aire/espíritu. En latín anima spiritus quiere decir aliento/alma. En japonés ki significa aire/espíritu; y en sánscrito prana connotaba una fuerza vital resonante que en ningún momento es más evidente para nosotros que cuando esa fuerza se extingue con la llegada de la muerte. En chino el signo para ~<respiración» (hsi) se compone de tres caracteres que quieren decir «del yo consciente o corazón>> La respiración era considerada como una fuerza que corría a través de la mente, el cuerpo y el espíritu como un río corre por un valle seco dando sustento a todo lo que crece en su curso.

En la actualidad, nuestra intuición acerca del poder potencial de la respiración está firmemente arraigada en la estructura misma de nuestro lenguaje. Hablamos de la respiración utilizando expresiones cotidianas, comunes, pero raramente asociamos esto con nuestra experiencia corporal inmediata. Decimos que necesitamos «un soplo de aire fresco», «me dejas sin resuello», «no podía recobrar el aliento» o «esperaba conteniendo el aliento». 0 exclamamos que era algo que «¡simplemente cortaba el aliento!> Nos quejamos de estar «sin aliento», <damos un suspiro de alivio» y decimos que necesitamos «espacio para respirar» o «tomarnos un respiro». Y con todo, somos pocos los que, cuando nos enfrentamos al cansancio, la enfermedad o la ansiedad, consideramos a la respiración como una fuente posible de regeneración. Como está justo debajo de nuestras narices, la importancia de esta fuente de energía inagotable ha escapado a nuestra atención.

La mayoría de la gente no es consciente de que respira mal. Aún son menos las personas conscientes de las consecuencias de restringir este proceso vital fundamental. El hecho de respirar mal se cobra su presa en silencio, en formas que van desde los dolores de cabeza hasta las afecciones cardíacas, pasando por una amplia serie de enfermedades comunes. Lo más significativo es que muy pocas personas entienden los modos en que restringen y distorsionan su respiración. En general, respirar con la parte superior del pecho, con demasiada rapidez o de manera superficial son males epidémicos en la actualidad. Y no hace falta el ojo experto de un especialista en problemas respiratorios para reconocer estas pautas en nosotros mismos y en los demás. Basta echar un vistazo a cualquier calle de la ciudad para comprobar la medida en que los cinturones apretados, las ropas ajustadas y las vidas ajetreadas nos dejan literalmente sin aliento.

Durante miles de años en el taoísmo antiguo, en los textos yóguicos, y en las prácticas médicas de India (Ayurveda), Tíbet y China, se han establecido correlaciones entre la respiración y el estado del cuerpo y de la mente. Más recientemente, innumerables estudios científicos han apoyado esta sabiduría antigua, vinculando la respiración natural con la mitigación de algunos de nuestros modernos problemas de salud más insidiosos. Se ha descubierto que la terapia respiratoria, a veces combinada con otras prácticas curativas como el biofeedback o el yoga, alivia (y en ocasiones cura) las migrañas, los estados de dolor crónico, la hipertensión (presión sanguínea alta), la epilepsia, el asma, los ataques de pánico y el síndrome de hiperventilación   así como las dolencias cardíacas. Un estudio reciente realizado por Suzanne Woodward y Robert Freedman demostró que sólo con la práctica de la respiración lenta y profunda se lograba una reducción significativa de los sofocos de la menopausia. En un estudio piloto anterior a su propia investigación, los ejercicios de relajación muscular progresiva y la respiración lenta y profunda redujeron la incidencia de los sofocos nada menos que en un 50 %.

Las técnicas respiratorias también se utilizan para ayudar a entrar en un estado meditativo a quienes padecen enfermedades terminales y a calmar el terror que suele acompañar a la enfermedad y a la muerte. Dos de los principales defensores de la «comeditación» o «respiración cruzada Richard Boerstler y Hulen Kornfeld, han estado enseñando esta antigua técnica tibetana en hospitales y escuelas médicas en todo el territorio de Estados Unidos. Según Patricia A. Norrís, directora clínica del Menninger Clinic’s Biofeedback and Psychophysiology Center, su equipo utiliza la comeditación desde que fue iniciado en ella por BoerstIer y Kornfeld en 1987. Como dice Norris en términos entusiastas: «La utilizamos para personas que padecen dolor intenso o trastornos neuromusculares graves. Es especialmente útil para personas que son ansiosas y se muestran incapaces de hacer más lenta su respiración. Los receptores dicen que nunca se han sentido tan relajados. Descubrimos que alivia la ansiedad, la tensión y el dolor. También instruimos a los miembros de la familia, que están felices de contar con algo que les permite sentirse útiles, conectados y unidos al paciente».

La investigación sobre relajación muestra que las técnicas de respiración pueden ayudar a prevenir la enfermedad haciendo a la gente menos susceptible a los virus y reduciendo los niveles de presión sanguínea y de colesterol. Cuando respiramos de una manera relajada pasamos de un estado metabólico destructivo a uno constructivo. Este cambio de funcionar en un estilo de estrés crónico a otro de alerta relajada puede afectar a la síntesis de proteína, grasa y carbohidratos, aumentar la producción de células por activación del sistema inmune y favorecer la regeneración ósea y el crecimiento, además de mejorar los procesos celular, hormonal y psicológico.

Experimentamos las ventajas de estos cambios químicos, celulares y neurológicos en un nivel más subjetivo en el modo en que sentimos y pensamos. Las personas que practican la respiración abierta a través de artes curativas como el Tai Chi, el yoga o la meditación consciente, son recompensadas no sólo con una salud óptima; también parecen tener una relación diferente con los elementos estresantes de la vida. Son capaces de permanecer serenas y centradas en medio del caos aparente. Definimos a estas personas como asentadas, centradas y con «presencia de ánimo». Así como cada respiración aparece con su propia unicidad, estas personas han aprendido a abrirse a cada momento considerándolo nuevo y diferente, y gracias a ello están descubriendo soluciones nuevas a problemas persistentes. Cuando sus mentes llegan a estar más despejadas y sus emociones se vuelven más equilibradas a través de la respiración serena y regular, están creando una vida que es propicia para la salud, el bienestar y una sensación de paz interior. Por ello no me resulta sorprendente comprobar que las personas que realizan prácticas respiratorias presentan un comportamiento y un aspecto que corresponden a los de individuos mucho más jóvenes que su edad cronológica.

Percibir la respiración esencial y llegar a ser consciente de su estado natural es muy diferente a controlar o manipular la respiración mediante técnicas rápidas y ejercicios. Al principio puede resultar difícil entender esta cuestión aparentemente sutil, pero se trata de una distinción crucial. La respiración es uno de los muchos procesos inconscientes que tienen lugar en el cuerpo que pueden controlarse voluntariamente. Sin embargo, la recuperación de la flexibilidad extraordinaria que es el distintivo de la respiración libre no puede lograrse por obligación o actuando solo. Las técnicas respiratorias pueden ser muy eficaces, pero raras veces los medios artificiales de controlar y manipular la respiración brindan beneficios positivos a largo plazo.     («El gran libro de la Respiración» …..Donna Farhi)